sábado, 12 de marzo de 2011

CÁMARA ADENTRO



Al tercer día de mi llegada a esta ciudad me di con la sorpresa de que había cámaras afuera del edificio donde vivimos, en la calle saliendo del edificio, en la otra calle al frente de nuestro edificio, cámaras colgadas en los cables de todos los edificios.
Me asusté. Le pregunté a Martín el porqué de esta situación. Me dijo que así era aquí. Me asusté de nuevo. Pensé: nos están vigilando con total descaro. Estuve como tres días casi paranoica. No quería salir del departamento. Cerraba la puerta mirando a todos lados, salía del edificio mirando a todos lados, caminaba por la calle mirando a todos lados, pensando que cualquier chino me podría hacer algo en cualquier lado.
En esos días nos vimos con unos amigos, un argentino y su novia taiwanesa. Los dos viven aquí hace mucho y conocen perfectamente la ciudad. De pronto, él dijo: los chinos son personas muy tranquilas. Ahí pensé: Ah, entonces no me van a hacer nada, las cámaras no me van a hacer nada.
Con el pasar de los días, ahora ya meses, puedo corroborar que los chinos son personas realmente tranquilas. Las cámaras siguen ahí, están en todos lados, repito, en todos lados. ¿Será por eso que son así? No lo creo. Pensaba yo: como los tienen controlados son pasivos, no hacen escándalo pero de ninguna manera puede ser sólo por eso.
Tiene que ser cultural sin duda. Cuando sales a la calle, nadie te agrede, nadie te silba, nadie te grita. Es un mundo diferente. La energía es diferente. Son miles. Vas en el subte y son miles. Pero esos miles van tranquilos por la vida. ¿Qué pasará por la mente de estos seres? ¿Cómo han sido críados para tener ese control interno?
Es contradictorio porque por un lado China ahora es una China capitalista consumista. Pero ese consumismo no los ha vuelto estresados. Esa rapidez del mundo contemporáneo y sobre todo occidental parece que no los ha descuajeringado. ¿Son años y siglos de tradición lo que los mantiene así? Debe ser, tiene que ser.
Leía sobre la China de antes, la de hace siglos atrás y me encontré con esto:
“El individuo es empujado a someterse a la colectividad por miedo al caos económico y social desde la época arcaica”.
“Los chinos fueron los primeros que inventaron las nociones básicas sobre las que se funda un estado, totalitario, tarea esencial para evitar que el caos se instale en la sociedad”.
“La búsqueda del orden absoluto que permita a millones de hombres y mujeres satisfacer sus necesidades de forma organizada aunque se acerque a un ideal totalitario está en el corazón del pensamiento político en China”.
Al leer esto hice “click” y pensé: Ah claro, este orden y esta calma están instalados desde hace siglos en el corazón chino y las cámaras son el estado.
Es que realmente cuando sales a la calle, la tranquilidad que sientes es incomparable. Eso no tiene precio. Sabes que no te van a robar, sabes que no te van a gritar, sabes que… bueno escupir sí. En conclusión sabes que nada malo te pasará.
Conversando con otros amigos extranjeros, todos coinciden en lo mismo, que vivir en China es vivir tranquilo y desestresado.
Recuerdo que mi primer día en Beijing estuve paseando sola cerca de nuestra casa, y sentí esa armonía y tranquilidad instalada en el ambiente. Mandé un correo contando esto, que me sentía como en casa, como si siempre hubiera estado aquí, que me sentía tranquila y contenta. Me respondieron en broma: debe ser por tu chinez. Ahora hago nuevamente “click” y claro está que no era por mi supuesta chinez.
Esto me hace reflexionar y me deja pensando. Debo confesar que siento un poco de angustia cuando pienso en mi ciudad. En esa Lima que me encanta pero que me agobia y estresa. Y concluyo en que tengo que aprender muchísimo de los chinos, de su orden interno, de ese orden que los hace seres apacibles y no violentos. Tengo que aprender todo eso para cuando regrese a mi bulliciosa ciudad.

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